Atrás de la puerta

Te escribo para contarte que finalmente

me han derrotado.

La escritura no me ha servido para nada más que demostrarme equivocada. En este tiempo, nada que haya hecho se asemeja al vuelco en el corazón que descarrila mi trazo en todo lo que es inicio.

Lamentablemente me he dado cuenta de que la poesía no sirve para empujar más fuerte a los nietos en las hamacas, y que cocinar con ella es una tarea que oscila entre lo poco probable y lo imposible. Tampoco me ha lamido la cara al volver a casa, no he encontrado forma de tener sexo con ella, y por si te lo preguntabas, tampoco sirve para ponerla debajo de la pata floja del banco y enderezarlo. Escribir no es nada más que obligarme a que me arrodille para masajearme adentro. A estar lo suficientemente dispuesta a costear la torpeza que implica la entrega y bienvenirla.

Te cuento que al día de hoy estoy postrada, y que en vida tu boca ensanchada solo me ha costado un ventanal.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Comments (

)