Esta es una entrevista a Maga y Martu que fue desgrabada y editada por el equipo de Minerva en conjunto con Mover la Lengua
Mover La Lengua es una invitación a bailar textos. Mover La Lengua es darle cuerpo al lenguaje y sacudirlo. Se baila en un ring. Un escenario marcado con cintas en el piso donde los bailarines son desafiados a interpretar un texto con el cuerpo. Bailan solos y de a pares. Hay poetas, lectores de todo tipo de textos, que leen en vivo, y hay audios grabados. Hay un DJ que interviene esas voces y después, pasa música para que bailemos todos.
–¿Cuál es la búsqueda central del proyecto (cuál fue la motivación que les impulsó a construir el espacio y cuál es el objetivo central que se plantean)?
-Maga:
Martu y yo somos amigas de un trabajo que hicimos juntas: ella es bailarina, yo soy escritora. Queríamos, por un lado, hacer algo juntas, pero, por el otro, hacer algo que una ambas disciplinas, la danza y la poesía, que en general están bastante aisladas dentro de sí mismas y entre ellas. En ese sentido y ante esa necesidad, caímos hace seis años en un momento de la escena local artística argentina que nos permitió la posibilidad de mezclar lenguajes y disciplinas.
En ese momento histórico-social la transdisciplinariedad se estaba haciendo muy presente. Se empezaba a pensar todo menos binario como parte de uno de los cuestionamientos que instalaron en agenda los movimientos feministas (por ejemplo, repensar lo binario desde la sexualidad).
–¿Qué definición o significado de escena o lo escénico ponen en juego en su espacio?
-Martu:
Al principio de cada uno de nuestros eventos hay un momento donde las personas del público pueden anotarse a participar ya sea bailando o recitando algún poema. Lo que nos gusta a nosotras es pensar que cualquiera del público tiene la posibilidad de participar. Entendemos que eso hace al escenario de todxs.
Además de este segmento de escenario abierto, armamos un line up de artistas invitadxs. En cuanto a la curaduría del line up, ahí nosotras plantamos la bandera sobre lo que queremos mostrar y, en general, tiene que ver con la diversidad en el arte y lxs artistas. Apostamos por distintas danzas, distintas poesías y por la diversidad sexual y de género de quienes recitan y bailan.
Ellxs también hacen de ese escenario algo propio porque es improvisado: es la primera vez que escuchan ese poema o ese texto y lo improvisan, así que se transforma en un momento muy personal. Son dueñxs de ese escenario y de esos movimientos en ese rato que dura el texto.
–¿Qué es para ustedes crear una escena soberana?
-Martu:
En relación a la soberanía nosotras tenemos un lema: “se puede bailar cualquier cosa” que hace hincapié en que se puede bailar poesía y no sólo música; y además, replantea el concepto de la poesía, qué es la poesía y dónde está, dónde está el ritmo, la musicalidad de esas palabras y cómo se bailan.
También de alguna manera hace un guiño en que esas palabras se pueden bailar como se quiera, entonces también hay una soberanía sobre nuestros cuerpos y sobre nuestra danza. No hay formas que estén bien o que estén mal de bailar. En Mover la Lengua nos proponemos romper las formas hegemónicas de la danza y de la poesía, ponerlas en escena, hacerse cargo y compartirlas con otras personas.
A través de la gente que invitamos en cada fecha nos interesa abrir los nichos hacia dentro de cada disciplina y entre disciplinas para así poder dar visibilidad a la variedad de danzas que existen. De alguna manera también buscamos reivindicar que lo que sucede acá en Buenos Aires está buenísimo. De hecho, mucha gente nos dice que no existen proyectos en este formato que unan la danza y la poesía en ninguna otra parte del mundo. Nos escribieron colegas de Bélgica, España y México diciéndonos «che esto que ustedes están haciendo no está en otra parte”. Y bueno para nosotras también hay una soberanía creativa y artística porque es algo que sucede acá con la gente que está acá: se gesta de manera contemporánea con lxs que estamos.
Mover la Lengua tiene una identidad argentina aunque no querramos. Las ediciones suelen tocar temáticas muy actuales. Cuando se sancionó la ley de IVE usamos el audio del Congreso en el que se iban contando los votos y finalmente se dió la sanción completa de la ley. Una de las formas en las que nos involucramos con lo local es poniendo en escena audios como estos, que contienen historias del imaginario popular.
-Maga:
Otra cuestión en relación a la soberanía que nos propusimos en el proyecto era unir lo corporal con lo mental. Hace algunos años, en los eventos de poesía el cuerpo no estaba tan presente. Había un estereotipo del intelectual que no baila. Y por momentos se volvía aburrido. Yo quería hacer un evento donde mis amigxs quieran ir, se diviertan y bailen. Siento que lo logré.
-¿Por qué eligen trabajar la improvisación en escena?
– Martu:
Elegimos trabajar con la improvisación porque conecta con el presente: es muy espontánea, irrepetible y le da espacio al error y al juego. Tratamos de correr a las disciplinas del lugar de lo solemne, apostando a que la propuesta sea lúdica.
-Maga:
Hacemos improvisación porque para nosotras Mover la Lengua es un experimento: siempre estamos probando cosas. La improvisación tiene algo de probar, de equivocarse, de no hacer solemnes las cosas.
Cada una desde su disciplina tenía ciertas dudas que quería seguir pensando. Por ejemplo, Martu ya venía haciendo una obra en la que bailaba un partido de fútbol, entonces a partir de eso nos preguntamos qué otras cosas se pueden bailar.
Desde la poesía me preguntaba: dónde está lo poético. En ese sentido, intentamos encontrar poesía en lugares donde otras personas quizás no y eso es adrede.
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